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miércoles, 4 de octubre de 2017

Incorporación de los países asiáticos

En sus inicios, el tenis de mesa está dominado por los países del Bloque del Este europeo, especialmente por Hungría y Checoslovaquia.​ Con jugadores como el gran Viktor Barna, Hungría consigue la medalla de oro en los campeonatos del mundo por equipos entre 1926 y 1931, entre 1933 y 1935 y en 1938, 1949 y 1952 (entre 1940 y 1946 no se disputaron).
El primer país asiático en frenar el dominio europeo fue Japón, que dominó los mundiales entre 1952 y 1957. Este dominio fue el reflejo de una incorporación técnica aportada por este país: la espuma. Al colocar una fina espuma entre la madera de la raqueta y la goma, se hicieron posibles efectos inéditos con las raquetas clásicas. Con la irrupción de los japoneses en este deporte y la incorporación de nuevas técnicas y materiales, empezó una nueva época de la historia del tenis de mesa.
Ma Long durante los Campeonatos del Mundo de 2013. La supremacía de China comienza en los años 1960, y se mantiene hasta nuestros días.
En 1959, en los campeonatos del mundo de Dortmund, el jugador chino Rong Guotuan ganó la medalla de oro individual, convirtiéndose en el primer deportista de ese país en conquistar un título mundial en cualquier deporte.​ La supremacía de China comienza en los años 1960, y se mantiene hasta nuestros días. China es actualmente la mayor potencia en tenis de mesa: desde que este deporte entró en el programa olímpico, y hasta las olimpiadas de Londres 2012, el tenis de mesa distribuyó 28 medallas de oro, de las cuales China obtuvo 24 medallas.​ Esta supremacía solamente ha sido interrumpida por casos aislados como el húngaro Tibor Klampar en 1979 y sobre todo por los suecos en los años 1990, especialmente con Jan-Ove Waldner y Jörgen Persson.
A principios de los años 1970 se inició un intercambio de partidas de tenis de mesa entre jugadores chinos y estadounidenses al que se conoció en los medios de comunicación como la «Diplomacia del ping-pong» y que tuvo unas importantes implicaciones políticas. Este suceso marcó el comienzo del deshielo en las relaciones entre la China comunista y los Estados Unidos, además de que abrió el camino para la histórica visita al país asiático realizada en 1972 por el entonces presidente Richard Nixon.​ Esta histórica relación se vio reflejada en la popular y oscarizada película Forrest Gump.

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